MACHU PICCHU - FLORA Y FAUNA

Machu Picchu se encuentra localizado en una región que pertenece a la Selva Alta. Ésta es una zona con una gran riqueza medioambiental, posee una gran variedad de climas, y numerosos pisos ecológicos.
La ecología es extremadamente diversa y compleja, incluyendo diez zonas de vida animal, desde la parte baja de la selva seca – por el lado del valle – hasta las cúspides de la cordillera. En términos de altitud, esta va desde los 1,725 m. a nivel del río Urubamba, hasta los 6,271 m. en el pico del nevado Salkantay.
Como consecuencia de estas variaciones geográficas provee realmente una amplia variedad de flora y fauna. Las especies de flora y fauna que han sido registradas en este hábitat representan un alto porcentaje de todas aquellas especies existentes en el Perú. Se calcula que entre un 10 y 20% de estas especies están en peligro de extinción.
El Camino Inca ofrece más de 400 especies de orquídeas, begonias, árboles y arbustos como la Qeuña (Polylepis racemosa), el Pisonay (Eritrina falcata), o la Muña (Minthostachys glabrecens), entre otros. (Si realizas el Camino Inca, recibirás un mate de Muña al menos una noche – es muy sabroso!).
Este área también es el hogar de una gran variedad de fauna silvestre, y aquí podemos encontrar 400 especies de aves registradas, como el Gallito de las Rocas (Rupícola peruviana) y la Pava de Monte (Penelope montagnii). En los ríos puedes encontrar más aves. Por favor vea nuestra página especial sobre aves (clic aquí).
Entre otros animales podemos encontrar el Oso de Anteojos (Tremactos ornatos), el puma (Puma concolor), los ciervos pigmeos, reptiles e insectos.
La ecología es extremadamente diversa y compleja, incluyendo diez zonas de vida animal, desde la parte baja de la selva seca – por el lado del valle – hasta las cúspides de la cordillera. En términos de altitud, esta va desde los 1,725 m. a nivel del río Urubamba, hasta los 6,271 m. en el pico del nevado Salkantay.

El Camino Inca ofrece más de 400 especies de orquídeas, begonias, árboles y arbustos como la Qeuña (Polylepis racemosa), el Pisonay (Eritrina falcata), o la Muña (Minthostachys glabrecens), entre otros. (Si realizas el Camino Inca, recibirás un mate de Muña al menos una noche – es muy sabroso!).

Entre otros animales podemos encontrar el Oso de Anteojos (Tremactos ornatos), el puma (Puma concolor), los ciervos pigmeos, reptiles e insectos.

Bingham estudió escrituras de la Conquista y documentos coloniales con la intención de saber donde exactamente debían empezar. Él también había oído hablar de una misteriosa ciudad perdida en la selva, pero nadie en Cusco dio crédito a estos comentarios porque se pensó que la última capital de los Incas era Choquequirao.
La expedición no siguió el curso del Río Urubamba, ya que se exploró una serie de ruinas por el camino. El 23 de julio de 1911, Bingham llegó a Mandor dónde él se encontró con el agricultor Melchor Arteaga campesino que le comentó sobre la existencia de dos sitios Incas, Machu Picchu y Wayna Picchu..
Arteaga fue empleado como guía local, y cuando él sugirió que el grupo se dirigiera hacia la cima de la montaña, los colegas de Bingham dieron muchas excusas para evitar acompañarlo. Entonces, Bingham subió solo con Arteaga y el Sargento Carrasco, (quien actuó como intérprete del guía que sólo hablaba Quechua) cruzaron el fluido y rápido río Urubamba y encontraron en el otro lado vegetación muy espesa, propia de la selva, recorrieron el camino a veces arrastrándose y sujetándose sólo con las yemas de los dedos.


Bingham agregó que ellos no encontraron oro u objetos de plata, pero encontraron objetos de bronce y otros metales, también de madera, piedra y hueso.

Existe mucha controversia sobre lo que las expediciones de Bingham tomaron realmente de Perú, con muchos números contradictorios e informes. El informe oficial del Gobierno peruano hecho en 1916, informa que ellos tomaron 74 cajas
llenas de huesos, momias, cerámicas, textiles, metales y objetos de madera, pero ningún artículo de oro o plata fué registrado. Sin embargo, existen muchas dudas, dada la magnitud de esta ciudadela inca y su importancia para la nobleza.
Todos los estudios están de acuerdo en que fué imposible que no encontraran objetos hechos con metales preciosos en Machu Picchu.

El gobierno Peruano y la Universidad de Yale están en conversaciones sobre el retorno de dicho material y su colocación en un museo Arqueológico en Machu Picchu.

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